No todos los cambios son fáciles, algunos implican desprendernos de parte de nosotros mismos, y por tanto, sufrimos la perdida de quien éramos.
Esta pérdida también representa un duelo personal, también requiere de elaboración para dar paso a esa versión de nosotros mismos que deseamos ser.
muchas veces el llanto es una expresión genuina de la resistencia al cambio, así como también lo puede ser la irritabilidad o la frustración. En todo caso, es una señal clave de que es necesario trabajar en lo que se siente para así darle paso al crecimiento y aprendizaje.
Pretender cambiar y seguir "como si no pasara nada", es un ideal poco realista, porque la realidad sobresale, algo sí pasó, algo sí cambió, en este caso tú.
El llanto, la pérdida de aspectos personales, los cambios, las transiciones, son aspectos que requieren ser atendidos. Brindarles la importancia que merecen puede mejorar tu bienestar y calidad de vida.